Un día cualquiera en el parque. Tu hijo juega animadamente con otros niños, suben y bajan de los columpios, se divierten con la arena, corren unos detrás de otros…. y de pronto tu hijo tropieza y cae. Es una caída sin importancia pero el pequeño se asusta y llora fuertemente. Su papá acude a consolarlo, lo levanta del suelo y lo coge en brazos. De pronto el cuerpo del niño se balancea, desvanecido, se ha desmayado y ha perdido la conciencia.
El susto y la angustia que viven los padres es tremendo pero, a pesar de la aparatosidad del momento, tenemos que deciros que es algo muy común en niños y que, generalmente, no tiene ninguna relevancia ni consecuencia para su salud. Es lo que popularmente se denomina “que el niño se ha privado” o en el argot médico lo que se conoce como “ espasmo del sollozo”.