La alimentación es la principal fuente de energía para los bebés. Los bebés desde el momento que nacen, están en constante cambio, crecimiento y evolución. Van a poder adquirir y desarrollar grandes capacidades en cuestión de poco tiempo y para que su desarrollo general sea óptimo, además de su salud, es fundamental conocer todos los aspectos relativos a la alimentación de un bebé durante sus primeros meses.
Qué debe incluir la dieta de un recién nacido
Una vez que nace nuestro bebé, o incluso antes de que lo haga, es importante que nos planteemos qué tipo de alimentación le vamos a proporcionar una vez nazca.
Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y desde una gran cantidad de organizaciones científicas tanto nacionales como internacionales, entre ellas la Asociación Española de Pediatría (AEP), recomiendan como mejor opción de alimentación de un bebé la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de edad y complementada hasta los dos años o más siempre que la madre y el hijo lo deseen.
La lactancia materna se debe ofrecer al bebé a demanda, es decir, no se debe seguir un horario pautado sino que debe proporcionarse siempre que el bebé lo requiera o de muestras de estar hambriento o necesitar el pecho y durante el tiempo que el bebé quiera hasta que sea él mismo el que suelte el pecho de forma espontánea. Y es que la lactancia materna además de la succión nutritiva (la que sirve como alimento), también proporciona la denominada succión no nutritiva que es aquella por medio de la cual sienten consuelo, alivio, se sienten protegidos y seguros y establecen un vínculo de apego con su madre. Y tan importante es una como la otra, por eso no se debe delimitar el tiempo de las tomas.
Esta forma de amamantar a demanda ofrece innumerables beneficios tanto para la madre como para el bebé:
-Establece un vínculo emocional que redundará muy positivamente en el desarrollo afectivo del bebé.
-Además al permitirle tomar el pecho todo el tiempo que necesite, nos aseguramos de que se produce un correcto vaciamiento de leche en la mama, por lo tanto el bebé se aprovechará de los beneficios de la leche materna tanto del principio de la toma como del final ya que su composición es diferente y ambas son muy necesarias. La primera parte de la toma la leche suele ser más acuosa y azucarada para aliviar la sed del pequeño. En la última parte de la toma, la leche materna es más grasa lo que permitirá aportar el contenido calórico que necesita el bebé y saciarle. Es por ello que es tan importante que el bebé vacíe un pecho antes de ofrecerle el otro.
-Al permitir un correcto vaciamiento del pecho, evitamos acumulación de leche en los conductos y por lo tanto reducimos las posibilidades de sufrir ingurgitaciones o mastitis.
-A nivel nutricional, la leche materna es el mejor alimento que le podemos proporcionar a nuestro bebé ya que contiene todos los nutrientes que éste necesita en cada etapa de su desarrollo. Además la leche materna adapta su composición en función de la demanda y necesidades de nuestro bebé para proporcionarle todos los nutrientes que en cada momento necesita.
Sin embargo, no siempre es posible establecer una lactancia materna exitosa con nuestro bebé. O bien la madre ha decidido no amamantar al bebé. Entonces será el momento de decantarnos por la lactancia artificial.
Para la lactancia artificial seguiremos las mismas pautas de alimentación a demanda que hemos comentado anteriormente con la lactancia materna. Se ofrecerá el biberón al bebé siempre que muestre signos de estar hambriento y durante todo el tiempo que necesite.
En el caso de proporcionar lactancia artificial al bebé, tendremos que elegir aquella cuya composición mejor se adapte a nuestro bebé. Puedes seguir las recomendaciones de tu pediatra y valorar la gran alternativa de posibilidades que hay en el mercado: leche de iniciación sin lactosa, anticólicos, etc. . También puede ser que tu hijo presente alguna intolerancia que le haga necesitar un tipo de leche especial. Te recomendamos que lo valores junto con tu pediatra y vayas probando diferentes alternativas hasta dar con la que mejor le siente a tu pequeño.
La composición de la leche artificial según las diferentes marcas suele ser muy similar. Para los primeros 4 – 6 meses de vida comenzarán tomando la leche de inicio (que viene indicada con el número 1).
Para la preparación del biberón se deben seguir las indicaciones del fabricante pero lo habitual es añadir por cada 30 ml. de agua, un cacito raso de leche en polvo. El cacito se debe utilizar el que se incluye en el envase. Es fundamental seguir las indicaciones del fabricante a la hora de preparar el biberón y no añadir más cantidad de polvo de la indicada. Hay ocasiones en las que podemos pensar que añadiendo más cantidad alimentará más y es todo lo contrario, podemos producir graves problemas hepáticos y renales en el bebé.
Tanto en la lactancia materna como en la lactancia artificial es recomendable que el papá se involucre en la alimentación del bebé y participe de la misma favoreciendo también el establecer ese vínculo con el bebé. En el caso de la lactancia artificial lo puede hacer preparando y proporcionándole el biberón. En el caso de la lactancia materna lo puede hacer cuando la madre se extraiga leche y se la pueda ofrecer el padre en biberón. En los casos en los que se da la incorporación al trabajo de la madre tras la baja maternal, suele ser muy común haber ido generando un banco de leche materna que se irá congelando para ofrecérsela al bebé cuando la madre no pueda estar presente.
Es muy habitual que en los primeros meses de vida, parezcan los temidos cólicos del lactante. Los sufren tanto los bebés alimentados con lactancia materna como lactancia artificial aunque parece que éstos últimos son más propensos a ellos debido a que tragan más aire con la succión por medio del biberón. Son muy molestos para el bebé y uno de los signos más llamativos que presentan es que los pequeños se encogen de piernas, el abdomen se pone duro y lloran mucho. Para tratar de paliar esta situación puedes hacerte con un biberón anticólicos que al llevar dos cámaras separadas, aisla totalmente el aire del líquido e impide que pase a través de la tetina. También son muy recomendables los masajes en la tripa del bebé para ayudarle a expulsar los gases.
Las ventajas de la leche materna durante los primeros meses
En el mismo momento en que el bebé nace, es recomendable ponerlo al pecho si te has decantado por la lactancia materna. Se recomienda iniciarla durante la primera hora de vida del bebé ya que suele ser un momento en que el pequeño se encuentra espabilado y esto puede favorecer el enganche.
Esta primera leche que tomará el bebé se denomina calostro. Es una leche más espesa y amarillenta y contiene gran cantidad de proteínas e inmunoglobulinas lo que dotará al pequeño de mayores defensas para su organismo. El contenido calórico del calostro es muy elevado por eso con muy poquita cantidad el bebé tendrá suficiente alimento en estos primeros momentos. Debido al pequeño tamaño del estómago del bebé, éste debe hacer en los primeros días repetidas tomas de poca cantidad y es por ello que el calostro es el alimento ideal para estos primeros momentos.
El proporcionar lactancia materna al bebé no está relacionado con el tipo de parto que se haya tenido. Puede amamantar una madre que ha tenido a su bebé por parto natural como una que lo ha tenido por cesárea.
Es fundamental que se establezca nada más nacer un contacto piel con piel, colocando al bebé encima de la madre en un estado de tranquilidad, sin interrupciones y fomentar así que se produzca esa primera toma durante tanto tiempo como lo deseen tanto la madre como el bebé. En caso de que la madre no pudiese realizarlo, es muy recomendable que lo haga el padre.
Ten en cuenta que el principal estímulo para la producción de leche es la succión del bebé. Cuanto más mame y produzca el vaciado del pecho, más leche producirá la madre.
Un bebé que toma lactancia materna exclusiva no necesita de otro tipo de alimentos ni de agua hasta los 6 meses de edad en la que comenzaremos a introducir la alimentación complementaria junto con las tomas de pecho.
Sin duda, aparte de los beneficios nutricionales y emocionales que proporciona la lactancia materna, el hecho de no necesitar ningún tipo de preparación ni elaboración del alimento es otro gran punto a su favor. El bebé tiene siempre disponible el alimento en el momento y lugar que lo necesite, sin demoras ni retrasos y en la cantidad y temperatura óptimas.
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